Esta mañana, caminando por Albatera, en una de las calles más céntricas del pueblo se ha detectado una situación insalubre que esperemos no se vuelva a repetir.
Estamos hablando de heces en el mismo mobiliario urbano del pueblo, donde muchas personas disfrutan del paseo y la sombra de esta zona.
Los dueños sacan a pasear a sus perros tanto como para que se ejerciten como para que hagan sus necesidades, pero a estas alturas muchos no consideran que deben limpiar los desechos para evitar enfermedades y contaminación.
Nuestras mascotas no son conscientes de donde hacen sus necesidades, para ellas todo puede ser un urinario, ya sea calle, campo, solar… etc.
Es un asunto de sana convivencia social y de evitar riesgos a la salud
Esto es inadmisible, ya que el suelo absorbe la orina, pero el excremento se seca, se pulveriza y sus partículas viajan en el ambiente y pueden terminar en los alimentos que se consumen en la vía pública o las podemos respirar.
Recoger las heces del can reduce al mínimo las posibilidades de exposición a los huevos y larvas de gusanos, lombrices y otros parásitos que causan estragos en el sistema intestinal humano. Es más, algunos parásitos que se encuentran en las heces caninas pueden causar lesiones oculares graves en los niños pequeños.