Las cooperativas eléctricas se han convertido en el único refugio que resiste a la escalada continua del precio de la luz.
No ofrecen fórmulas milagrosas porque también compran la energía en el mercado mayorista y habitualmente de futuros. Es decir, negocian la compraventa a largo plazo pactando un precio y una fecha para recibir la electricidad.
Son David frente a Goliat pero, de momento, las facturas de sus socios están resultando notablemente inferiores a las de los clientes con tarifa regulada de otras compañías.
Está claro que estas cooperativas tendrán que ajustar los precios según el alza pero entre ellas destacan en la Vega Baja cooperativas como Albatera, Callosa de Segura, Catral y Crevillente.
FACUA-Consumidores en Acción pidió al Gobierno hace meses que emprendiera medidas para poner freno a la especulación en la fijación de las tarifas eléctricas. Además, bajar el IVA permanentemente y aprobar un bono social con al menos un 50% de descuento para familias que no cobren más de dos salarios mínimos.