VARIANTES AL ACECHO: ¿SON MÁS PELIGROSAS?

Las alarmas saltan en Reino Unido después de identificarse dos nuevas variantes del coronavirus que tienen el riesgo potencial de unirse en una sola cepa y velocidad y capacidad de burlar a las defensas.

Estas dos variantes (Nelly y Erik) incluyen una mutación que produce un cambio en el antígeno principal con el que se están formulando las vacunas contra el SARS-CoV-2, que podría alterar ligeramente sus propiedades inmunogénicas.

Esto no quiere decir que anule totalmente la eficacia de la respuesta inmunitaria, sino que es menos eficaz. Es una pérdida muy parcial de la inmunidad, por lo que tampoco es un drama.

¿Y las vacunas seguirían funcionando?

Si estas cepas se hicieran al final dominantes, se tendría que reformular la vacuna. Este sería el primer caso de evolución del virus para evadirse de la respuesta inmunitaria, la primera mutación responsable que detectamos en un año de pandemia. El virus de la gripe te hace esto en un mes, y obliga a reformular la vacuna todos los años.

Otras mutaciones preocupantes, que también están presentes en estas variantes, afectan más a la transmisibilidad que a la inmunogenicidad. 

¿Por qué preocupan estas nuevas cepas?

Las mutaciones que aumentan la transmisión que tenía la cepa británica se añade la mutación que mejora la evasión de la respuesta inmunitaria.

Pero tampoco es para preocuparse en excesoya que la pérdida de inmunidad es parcial.

Además, si la velocidad de mutación es ésta, que en un año acumula unas pocas mutaciones peligrosas, con la tecnología que disponemos sería muy fácil adaptar las vacunas a las nuevas variantes.