El Plan Integral obliga a tenerlo aunque varios planes zonales estudian dónde ubicar estas plantas ante el rechazo de muchos municipios a albergarlas.
El Plan Integral de Residuos (PIRCV) se basa en unos principios y uno de ellos es la proximidad.
Esto quiere decir que el tratamiento de los residuos se debe realizar en instalaciones adecuadas más próximas al lugar de su producción, evitando movimientos innecesarios.
Con base en este principio se crearon los planes zonales y los consorcios. En total hay 13 consorcios de residuos en toda la Comunidad Valenciana que deberían disponer de sus propias instalaciones.
Cinco de ellos todavía tienen pendiente, al menos, la construcción del vertedero, también tienen en común que la elección de una ubicación para instalar la planta de eliminación genera desde hace años polémicas.
Esto supone que el 40% de los consorcios todavía no cumple con esta obligación para reducir costes de transporte y evitar la contaminación que supone el movimiento de residuos a otros lugares.
De esos cinco, dos de ellos son Vega Baja y CREA (Alicante) que están realizando trámites y estudios para conseguir cumplir con este aspecto.
En el caso de la Vega Baja, el caso Brugal ha supuesto que la construcción esté pendiente de la celebración de este juicio. Cabe recordar que dentro de esta causa se investiga la adjudicación del Plan Zonal de la Vega Baja a favor de la empresa de Enrique Ortiz.